lunes, 30 de marzo de 2009

¿LA FIDELIDAD GAY SERA UNA MITO?


Hablar del tema de la monogamia es una invitación a la polémica y una lluvia de múltiples posiciones. Pero antes de saltar a las aguas turbulentas, pongamos en claro un par de significados, porque monogamia significa distintas cosas para distintas personas. En este abordaje, monogamia significa un solo compañero/a emocional y sexual. En el otro lado, solo para efectos prácticos, si la pareja permite encuentros sexuales fuera de la relación, entenderíamos tal arreglo como “relación abierta” (como popularmente se le llama).

MITOS

Hay muchos mitos que circundan el tema de la monogamia. Algunos de los más comunes y que generan mayor confusión son:

“No existe tal cosa como la “fidelidad” de pareja”. Hoy en día, pocas personas creen y consideran la fidelidad una práctica común. Las estadísticas hablan de altos porcentajes de infidelidad tanto en hombres como mujeres, y el gremio de moteles se disemino por todo el país en cuestión de unos pocos años. Sin embargo, entendamos que la infidelidad es una práctica más compleja de lo que creemos, y aunque juremos no haber sido nunca infieles, en nuestras fantasías y pensamientos más íntimos, no somos tan diferentes de los demás. Sin embargo aquí el tema en discusión se concreta a los hechos evidentes.

“Las parejas gay son más propensas a incorporar encuentros sexuales conforme madura la relación”.
Existe un estereotipo de que la longevidad en parejas gay solo se logra cuando los niveles de “flexibilidad” se abren. Sin embargo esto no esta comprobado ni es una norma que todas las parejas han seguido. Siempre hay y seguirán existiendo excepciones.

“Con los años, la fidelidad entre las parejas se vuelve un tema difícil de manejar”.
Es fácil echarle la culpa la costumbre y la cotidianeidad. Pero a todo esto, ¿qué lugar ocupa nuestra creatividad, nuestra apariencia y sentido de generar atracción por la pareja? ¿Será acaso que nuestras actitudes conformistas nos volvieron menos competitivos en el mercado del sexo? ¿O acaso asumimos que por estar en pareja la atracción se iba a mantener por si sola?

“Practicando la monogamia se evita el riesgo de que alguno se involucre con otra persona”.
La infidelidad es una puerta peligrosa, de eso no cabe duda. Pero creer que con practicas fieles la relación esta a salvo de un despecho, es una idea absurda. Siempre existe la posibilidad de que a la vuelta de la esquina, sin planearlo y sin sexo, una circunstancia nos espere.

“Practicando la monogamia me garantizo no incurrir en el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual”.
Para empezar, la monogamia no se puede asumir más allá de nuestras decisiones personales. Siempre debemos ser precavidos y conocer sobre métodos preventivos. “Primero mis dientes, después mis parientes…”

“Las parejas abiertas no tienen moral ni son duraderas”.
No podemos juzgar a quienes eligieron otro estilo de relación distinto al nuestro. Cada persona tiene derecho a vivir conforme a sus convicciones y deseos. Solo hay una cosa segura en este mundo a parte de la muerte, y es que no existe una persona que piense y sienta igual que otra.

“Las parejas abiertas inducen al desenfreno y la pérdida de valores en la relación”.
Así como muchas parejas que lo intentan fracasan en una relación abierta, muchas otras sí han logrado lo que ellos mismos califican como una relación exitosa. Volvemos a lo mismo, a pesar de los riesgos, no se puede juzgar un estilo de relación no tradicional, solo por ser diferente.

“La fidelidad se puede practicar tanto en mente, cuerpo como en alma”.
En realidad suena muy bonito, pero ¿quien puede alzar la mano a la pregunta de si alguna vez estando en pareja no miramos de reojo a alguien atractivo, o en un momento de placer personal fantaseamos con otra persona? “El que este libre de pecado, que tire la primera piedra…”

Una relación abierta es infiel.
En realidad si existe un acuerdo mutuo esto no podría considerarse necesariamente como infidelidad. Lo que sucede es que los conceptos de fidelidad y la lealtad son cosas que se confunden en significado pero suelen tener connotaciones distintas para algunas parejas, como el hecho de que la fidelidad es una condición vinculada exclusivamente al sexo, mientras que la lealtad trasciende a los sentimientos.

En realidad, pocas parejas pueden decir que están plenamente satisfechas con el tipo de arreglo que eligieron. Todo tiene su parte y contraparte. No importa que tan tradicional o “moderno” resultes, no existe la suerte de que tu elección garantice la longevidad de tu relación de pareja a toda costa.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Las parejas que eligen ser monógamas encuentran muchas razones en ello. Para algunas, la monogamia ofrece un contexto de estabilidad para crecer y madurar, especialmente en los primeros años. Otros consideran que existe mayor tranquilidad en cuanto al riesgo de que alguno contraiga enfermedades de transmisión sexual. Pero sobre todo, la mayoría coincide en que resulta un alivio no tener que lidiar con temas de celos, competitividad, inseguridad, conflictos de interés que usualmente resultan más propensos a ocurrir en relaciones abiertas.
Sin embargo, aunque muchas parejas asumen el rol tradicional de relación en un inicio, muchas han encontrado que no necesariamente ambas partes compartían el mismo punto de vista. Siempre puede existir la duda, curiosidad e incertidumbre de aquello que no se ha vivido. En el lado negativo, muchas personas consideran la monogamia como una utopía que no se cumplirá a lo largo del tiempo, debido a que ese rol no se acomoda a sus “necesidades naturales”, o porque la fidelidad no resulta tan divertida como la libertad de dar rienda suelta a los intereses sexuales, ya sea en pareja o individuales.

Las relaciones abiertas tienen el potencial de intensificar las dificultades de confianza entre la pareja, puede ocasionar distancia para enfrentar sentimientos no resueltos, problemas sexuales o de otra índole. Por ejemplo, resulta mucho más fácil volverse hacia un nuevo y nada complicado compañero sexual que enfrentar una situación no resulta con tu pareja.

ESCOGER

Ser honesto y decidir que es lo cada uno considera mejor para garantizar una relación duradera y sana en todos los aspectos es lo que construye la primera base de un compromiso. Si la elección de ambos es intentar una relación sin monogamia es importante que ambos traten de comprender las posibles consecuencias y limitaciones que esto podría traer tarde o temprano, de igual forma, hay que sopesar cada aspecto que se involucra si la elección tomada es la monogamia. Definitivamente es una elección que no se puede ni debe tomar a la ligera y que necesariamente involucra ambas partes. Si no se debe creer que tu pareja necesariamente comparte tus mismos puntos de vista, lo mejor es conversar ampliamente sobre el tema hasta encontrar el punto de acomodo mas adecuado.

SIN ASUMIR

La mayoría de las parejas cometen el error de simplemente asumir, en vez de compartir y elegir alternativas, pero la realidad es que en la actualidad ya no se deben asumir roles, simplemente porque una mayoría de parejas que coinciden en una misma forma de entender una relación de pareja.

Como recomendación, conversar con personas que mantienen “estilos diferentes” de relación podría ayudar a formar un criterio sino se tiene mucha información al respecto. Tomar en cuenta aspectos de salud física y emocional, aspectos morales y religiosos, deseos y actitudes no exploradas podrían ayudar a lograr un balance mas completo del panorama. Experiencias pasadas también pueden ayudar a decidir hasta donde podemos manejar situaciones de tolerancia.

Finalmente, es importante comprender una cosa y quizás la mas importante de todas. Más allá de lo que finalmente se decida, se debe tener claro que no hay recetas perfectas ni una única manera de entender las relaciones humanas, y mucho menos las íntimas. Pero sí resulta trascendental saber que bajo ninguna circunstancia se debe tolerar una situación que atente contra la dignidad individual. Muchas personas aprovechan una situación de vulnerabilidad emocional, aprovechando sentimientos, poca experiencia o madurez de la pareja, para ejercer presión y cambiar “las reglas del juego”. En todo caso, esto nunca podría considerarse amor, y muy por el contrario, podrías afectar seriamente tu autoestima y sanidad espiritual.

Sobra decir que tanto para parejas que desean practicar la monogamia como las que no, practicar medidas preventivas contra enfermedades de transmisión sexual resulta siempre la mejor recomendación para todos. La regla de oro es comprender que por más amor, confianza o deseo, la decisión de salvaguardar tanto la dignidad como la salud, no es tema negociable con una pareja. Es una decisión que simplemente merece respeto.